domingo, 13 de abril de 2014

Mayra Alejandra Barreto García









RENATA

Mi nombre es Renata tengo 25 años y si tuviera que describirme en una palabra diría SENSUAL. Muchos moralistas podrían catalogar la sensualidad  como un defecto pero en realidad no lo es o por lo menos para mí, porque la sensualidad va de la mano con la inteligencia y no es únicamente belleza y por lo tanto es una virtud.  

Quisiera iniciar describiéndome como una mujer inteligente, aunque para muchas personas no sea más que una cara bonita y un cuerpo armonioso, pero en realidad me considero mucho más que eso, me considero una persona intelectual y capaz de lograr todo lo que me propongo.   

Para que me conozcan mejor y entiendan un poco mi personalidad voy a contarles mi historia de vida. Soy hija de un matrimonio antioqueño, mis padres se enamoraron muy jóvenes, querían una familia numerosa pero soy hija única; mi padre hubiese preferido tener un hijo varón que dejara en alto el nombre de la familia en vez de una niña, a diferencia de mi madre que solo quería tener un hijo o hija sano que llegara a ser una gran persona. 


Nací el 15 de septiembre 1988 en la ciudad de Medellín, pero al año de mi nacimiento la empresa textil de mis padres callo en banca rota, así que decidieron   probar suerte en Bogotá, allí montaron un pequeño negocio de telas con unos cuantos ahorros, y con los ingresos que este generaba logramos tener una vida medianamente cómoda. Desde muy pequeña mi papa me enseño matemática básica para que aprendiera  a llevar la contabilidad del negocio y tal vez fue por esto que me apasione por los números y me enamore del dinero.  


En el colegio era una alumna sobresaliente, todo el mundo decía que era muy inteligente y que si seguía así llegaría muy lejos, pero al parecer esto no les gustaba mucho a mis compañeros  porque siempre los estaban comparando con migo, cosa que les disgustaba de sobremanera a los niños por que no podían tolerar la idea de que una niña fuera más inteligente que ellos, por otro lado las niñas sentían cierta envidia por mí, decían que yo era muy creída y pensaba que era muy  linda por lo que no desaprovechaban oportunidad para sabotearme .A medida que fui creciendo me di cuenta que no era que me creyera bonita si no que en verdad lo era, y que el ser notablemente  inteligente me generaría competencia  en todo momento, así que opte por interiorizar más mi inteligencia y lucir más esa belleza física que poseía, y funciono por que mejore las relaciones con las chicas y los muchachos ya no me veían como una rival si no como mujer.


Ala edad de 15 años tuve mi primer novio oficial, era una relación perfecta o al menos eso era lo que yo creía, duramos alrededor de un año de novios, yo estaba profundamente enamorada de él, pero el de mi amiga. Cuando me entere de esto mi vida se vino abajo, todos los sueños y planes que teníamos armados se desvanecieron  junto con todos mi sentimientos. Pero fue entonces cuando decidí no derrumbarme y jure nunca más volverme a enamorar, ni creer en el amor, saque a relucir toda mi sensualidad y me convertí en una mujer fría y seductora.  


A los 17 años entre a la universidad a estudiar administración de empresas, aunque  estuve a punto de desertar por que no podía costearme todos los gastos y la ayuda que recibía  de mis padres era mínima, pero en vez de desertar decidí hacer uso de mi inteligencia y mi belleza  para seducir a hombres y cobrarles por mi compañía. Fue así como logre pagarme todos mis estudios universitarios y darme uno que otro lujo de vez en cuando.


Cuando me gradué como profesional, no me fue difícil conseguir un buen empleo, a diferencia de muchos de mis compañeros, porque bastaba con coquetear un poco en la entrevista para obtener el cargo.  


Actualmente laboro en una multinacional, tengo casa y carro propio además de una buena estabilidad económica,  no dependo de nadie porque soy totalmente independiente.

No está dentro de mis planes casarme y formar una familia pero seguramente si conozco al hombre indicado que no se deje seducir fácilmente por mi apariencia, que no le dé importancia a mi pasado y valore más mi inteligencia que mi hermosura, podre  formar un lindo hogar. 

Mayra Alejandra Barreto García
 


1 comentario:

  1. En una sociedad tan hipersexualizada como en la que vivimos es imposible negar que las mujeres en algunas ocasiones necesitamos valernos de nuestra imagen para mejorar nuestras oportunidades de éxito, sobretodo mas que el sexo masculino.

    Y no esta mal sentirnos bellas, sexys o seductoras, esos son sin duda rasgos de un autoestima sano.

    Pero hay que preguntarnos ¿Si no viviéramos en una sociedad tan hipersexualizada y sexista, seria la belleza superficial una clave del éxito? ¿Es una prueba mas de que todavía no existe una equidad de genero real y de que todavía vemos a través de un techo de cristal?

    Atte.

    Santa Magdalena Mercado Ibarra - Instituto Tecnológico de Sonora, México

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